No puedo decirte cómo es realmente, sólo puedo decirte cómo se siente y ahora mismo es como un cuchillo de acero en mi tráquea. Drogado de amor, borracho de odio, ella me resucita, ella me odia y me encanta. Se conocen y ninguno de los dos sabe qué le pasó al otro, tienen esa sensación de calidez, esos sentimientos que solías tener y ahora se enferman al verse. Juraste que nunca la golpearías, que nunca harías algo para herirla, ahora están cara a cara escupiendo veneno con las palabras, tan perdidos en esos momentos. Ahora sé que dijimos cosas que no queríamos y volveremos a caer en los mismos patrones, misma rutina . No eras tú, no era yo, quizás es como cuando un tornado se encuentra con un volcán.
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