Añoro quizás aquellos años de mi infancia en que podía sentirme libre, sin depender de nada ni nadie, sin ser prisionera del amor. Mi alma y mi corazón dormían viendo pasar la vida segundo tras segundo, sin apenas sentir ni padecer. A menudo dejo volar mi imaginación con la vista totalmente perdida, puede que buscando una mirada, sin encontrarla, o quizás buscando ayuda sin quererlo.Las personas somos personas, tenemos sentimientos y no siempre podemos controlarlos. Todos sabemos que esto nunca es fácil ni simple, intento evitar cada bache que se cruza en mi camino. Tengo que seguir mi propio camino sin mirar atrás, pero sé que soy débil y que algún día quebraré y caeré en lo más profundo de un oscuro abismo.
Alguien me dijo algún día que en ocasiones, la mejor compañía es la de la soledad, quizá tenga razón y deba precipitarme hacia ese abismo yo sola, tal y como tenía que haberlo hecho hace tanto tiempo..
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